La Violeta Africana es la planta a la que recurrimos cuando queremos traer alegría y elegancia, a partes iguales, a nuestro hogar. Y es que, esta planta es sinónimo de distinción y belleza, combinadas a la perfección con resistencia y dureza. Y es que, aunque a veces pueda pasar desapercibida entre plantas de mayor tamaño, la Violeta Africana podrá ofrecerte flores durante todo el año si la cuidas bien y la quieres un poco.
¿Quién no ha visto una maceta de Violetas Africanas en casa de la abuela alguna vez? Como centro de mesa, o coronando algún mueble. Su delicadeza encanta a todos por igual, desde hace décadas, y alegra las almas de sus dueños con flores en invierno.
Sorprendentemente, aunque su familia no es demasiado extensa, la historia de la Violeta Africana se remonta a hace mucho tiempo, ya que nacía originalmente en Tanzania. Por suerte, y gracias a un hombre alemán que vivía allí y quedó maravillado por la belleza de la planta, no pudiendo evitar llevar una con él, la Violeta Africana llegó a Europa.
La Violeta Africana puede resultar algo discreta entre tu colección de plantas, ya que es de pequeño tamaño, pero sus hojas ovaladas sí llaman la atención, además de su preciosa tendencia natural de crecer hacia los costados. Y, aunque quizás no lo sabías, las Violetas no existen solo en tonalidades moradas, sino que también podemos encontrarlas en color rosa, blanco, azulado o fucsia.
Sin duda, el aspecto elegante, sumado a su apariencia delicada y frágil, y al tacto aterciopelado de sus flores y hojas; contrasta a la perfección con sus fáciles cuidados y su capacidad de supervivencia. ¡Es toda una sorpresa! Conociendo las claves necesarias para su cuidado, podrás tener flores durante los doce meses del año, ¡no hay planta más gratificante!
Cuidados de la Violeta Africana
La Violeta Africana llegó al viejo continente con una humildad absoluta, ya que enseguida consiguió adaptarse a nuestro clima. Eso sí, no podía transformarse en una nueva planta, por lo que sí existen una serie de cuidados básicos que deberás llevar a cabo para que tu planta crezca sana y, sobre todo, para conseguir que florezca todo el año. Pero, ¡tranquilo! La facilidad en sus cuidados te sorprenderá gratamente, y apenas ocupará tu tiempo.
Luz y ubicación ideal para la Violeta Africana
Este es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta, ya que la luminosidad es algo vital para la planta. Este fue uno de los puntos que la Violeta Africana no cambió al llegar a Europa, por lo que disfrutará de bastantes horas de luz al día.
Lo más recomendable es que encuentres un rincón junto a una ventana, donde la luz pueda alcanzar bien a la planta, sin incidir sobre ella directamente.
Evita colocar tu planta junto a una ventana, si frecuentemente entran corrientes fuertes de aire.
Temperatura perfecta para la Violeta Africana
Aunque la planta ha demostrado gran destreza en su adaptación a nuestro clima, sí necesita mantenerse entre un rango específico de temperaturas para crecer sana. Y es que, aunque no se trate de una planta demasiado exigente, no le gusta nada el frío. Procura que jamás se vea sometida a temperaturas inferiores a 5º, ya que eso acabaría con su vitalidad.
Los rangos óptimos de temperatura ambiental, estarían situados entre los 17º y 24º de media.
Frecuencia de riego y humedad ideal para la Violeta Africana
A la Violeta Africana le gusta bastante la humedad, pero esto no significa que debas excederte en la aplicación de agua. De hecho, no tolera el exceso de agua, un encharcamiento resultaría completamente mortal para ella. Pero, ¡ojo! Esto no significa que se trate de un cactus, no debes desatender el riego de tu planta: mantenla siempre húmeda.
En cuanto a la frecuencia de riegos, es muy sencillo mantenerla adecuadamente. Coloca un plato bajo el recipiente de tu planta, riega y, trascurridas unas tres o cuatro horas, retira el exceso que sobra en el plato. Después, solo deberás esperar a que la tierra se seque ligeramente, eso significará que tu Violeta Africana necesita un nuevo riego.
¿Debo abonar la Violeta Africana?
Esta planta es una gran conocida por los amantes de la decoración, sobre todo por sus pequeñas y abundantes flores, que pueden crecer en ramos de seis por cada tallo.
Para estimular a la planta, y conseguir que florezca durante todo el año, es adecuado que apliques un abono líquido o fertilizante durante la primavera y el verano. Hacerlo cada 20 días será suficiente para darle el empujoncito que necesita.
Violeta Africana: ¿Qué sustrato elijo?
Sorprendentemente, sí puede resultar algo más exigente o específica en este aspecto. Y es que, tu planta de interior necesitará crecer y vivir sobre un suelo que le permita retener humedad, pero que a la vez deje que el agua se drene bien.
Ten en cuenta que, tanto la falta de humedad ambiental, como un encharcamiento, serían mortales para la planta. Por ello, lo mejor es crear tu propio sustrato a base de turba, mantillo, arena y rellenando con sustrato universal.
Problemas y plagas de la violeta africana
A pesar de su indudable dureza, esta pequeña no está exenta de sufrir distintas afecciones, las cuales, en su mayoría, se causan por un mal seguimiento de sus cuidados. Los más comunes son:
Si tu planta no florece durante todo el año, significa que necesita un toque de abono en sus riegos. Si estás en invierno, espera al comienzo de la primavera y empieza a abonarlo poco a poco.
Si las hojas se pudren quizás estés pasándote con el agua, recuerda que un exceso de riego puede ser mortal para la Violeta Africana, así que modera los riegos.
Por otro lado, si la planta luce lacia y sin vida, significa que necesita algo más de agua, ¡vigila el sustrato! No dejes que se seque demasiado.
Si aparecen manchas marrones o las hojas empiezan a verse amarillentas, busca un lugar un poco más sombrío para la planta. Quizás el sol esté incidiendo directamente sobre ella, y provocando quemaduras en sus hojas y flores, o absorbiendo todos sus nutrientes.
Última actualización el 2023-07-21 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados