El cactus de Navidad es una planta que vive en la copa de los árboles, condición llamada epífita. Su principal característica es la época de su impresionante floración, de donde viene el nombre «cactus de Navidad». Sus hojas tienen forma pendular, por lo que la planta tiene un porte arqueado.

La más habitual entre las variedades de cactus de Navidad es la de flor rosa, con los pistilos y una triple capa de pétalos en tonos fucsias.
Aunque la flor no es demasiado duradera, la capacidad de floración de este cactus es espectacular, ya que en ella encontramos multitud de capullos que sí perdurarán.
¿De donde viene el cactus de navidad?
El cactus de Navidad es originario de Brasil, aunque el lugar donde más cultivos podemos encontrar es en las montañas de Río de Janeiro.
Cuida de tu cactus de navidad
¿Cuánta luz necesita el cactus de navidad?
Necesita luz en bastante abundancia; de hecho, si no recibe toda la luz necesaria sus tallos pierden el color. Sin embargo, no debes dejar que la luz del sol incida directamente sobre él, el exceso de iluminación podría secarlo.
¿Cuánto debo regar mi cactus de navidad?
Cuando tu cactus de navidad está en su momento de esplendor, es decir, cuando nacen nuevos segmentos o tallos en ella, debes regarla en abundancia, sin que la tierra llegue a secarse del todo. Durante el resto del año, reduce la frecuencia con que riegas tu cactus de Navidad, y cuando florezca, espera dos meses para volver a regarlo.
Aunque te recomendamos regarla un par de veces a la semana, ten cuidado con los encharcamientos, ya que esto puede traerte hongos, que son más difíciles de eliminar que la deshidratación leve.
Temperatura y humedad adecuadas para el cactus de navidad
El cactus de Navidad hace honor a su nombre, y es que para crecer y florecer plenamente, necesita una temperatura de 3º a 6º. Durante el resto del año, su temperatura ideal oscila entre los 16º y los 21º.
En cuanto a la humedad, si tenemos en cuenta que su origen está en Brasil, entenderemos que necesite un ambiente muy húmedo. Esto es algo muy importante si queremos mantener el cactus de Navidad sano y brillante: no debemos regarla en exceso, solo evitar situarlo en un ambiente muy seco. Un truco muy bueno para estas ocasiones es colocar un recipiente con agua entre la maceta decorativa y la maceta del cactus, esto permitirá que el cactus recoja humedad directa y será más fácil que se adapte a tu hogar.
Abono, ¿cómo mantengo sano mi cactus de Navidad?
Para que esta planta no enferme, crezca y florezca como debe, es imprescindible usar un abono natural específico para cactus. El ideal suele ser el preparado para plantas de plumas de Santa Teresa, pero si no lo encuentras el otro funcionará a la perfección también.
Trasplante y poda del cactus de Navidad
Esta planta es de crecimiento lento, así que si estás enamorado/a de ella, ¡estás de suerte! Solo deberás trasplantarla cada unos tres años más o menos, durante primavera.
En cuanto a la poda del cactus de navidad, es algo muy sencillo. El momento ideal para llevarla a cabo es unos días después de la caída de la última flor, podaremos las partes con mal color o con un aspecto distinto, también cortaremos las puntas que hayan dado flor. Será más fácil si lo haces con unas tijeras pequeñas.
Consejos si tienes un cactus de navidad
Debes asegurarte de ir girando el cactus de Navidad cada poco tiempo para ayudarle en su crecimiento. Esto hará que la planta produzca flores más abundantes y repartidas regularmente, si no lo haces, el florecimiento se concentrará solo en una parte del cactus.
No debes dejar tu cactus de Navidad cerca de corrientes de aire o fuego y, durante el verano, debes ponerla en el exterior pero a la sombra. Siguiendo estos consejos, conseguirás que florezca más durante el invierno.
¿Te preguntas cuál es la mejor época para adquirir uno? Durante la primavera, así podrás asegurarte de ir cuidándolo y conseguir un mejor florecimiento. Cuando lo compres, elige uno con muchos brotes, ya que esto quiere decir que es una planta fuerte y sana.
¿Puedo ponerla en la terraza o balcón? Bueno, mientras dure el invierno, sin duda no. Sin embargo, una vez pasado el frío puedes ponerlo fuera, pero siempre en un lugar donde le de sombra, ya que a este cactus le gusta la luz, pero no soporta demasiado el sol directo.
¿Debo cuidarlo como al resto de cactus normales? Definitivamente no. Al contrario que la mayoría de los cactus, este nace en zonas muy húmedas y tropicales, asñi que no almacena agua y debemos regarlo con más frecuencia.
¿Qué problemas puede tener mi cactus de Navidad?
El cactus de Navidad puede sufrir distintos tipos de enfermedades o problemas al igual que el aloe vera, por suerte, es muy fácil identificarlos. Aquí te dejamos los que se dan con más frecuencia:
– Si los tallos pierden su color, el problema es que a tu planta le falta luz. Bastará con colocarla en un lugar más luminoso para sanarla.
– Si las flores caen del cactus sin abrirse, es que tu planta necesita más agua o está expuesta a corrientes fuertes de aire.
– En el caso de que aparezcan hongos y se pudran los tallos desde la base, nos encontramos ante un exceso de riego. Para subsanar este problema, debes podar las partes más afectadas con cuidado.
– Si tiene pulgones, todo es una cuestión de higiene: elimina los insectos de tu cactus pulverizándolo con jabón suave diluido en bastante agua y aclarándolo bien después.
– Si tu cactus tiene cochinilla algodonosa, pasa lo mismo que en el caso anterior, pero esta vez tu aliado será el alcohol metílico y un algodón para limpiar todos los tallos.
Curiosidades del Cactus de navidad
Como sabrás, las flores del cactus de Navidad son características por sus diversos y llamativos colores. Estas salen de los extremos de los tallos en la época de floración, durante el invierno. Aunque el color que más vemos es el rosa, podemos encontrarlas también en blanco o rojo.
Los tallos que podemos ver en este cactus son planos y tienen segmentos con bordes dentados. Con el tiempo y el crecimiento progresivo de nuevos tallos, la planta deja de mantenerse erguida… este es tu momento decorativo: puedes podarla o pasar a usarla arqueada, con un elegante porte colgante.