En este artículo te hablaremos sobre el poto, la planta por excelencia, sobre todo en nuestro país. Y es que, por si no lo sabías, el poto es la planta preferida a la hora de hacer un regalo a alguien que estrene casa; así que si, aunque sea algo que no se ve mucho en estos días, conoces a alguien que acaba de adquirir una casa, ¡ya tienes el regalo ideal!
Y, pese a ser tan típica y popular entre todos nosotros, es sorprendente lo poco que se conoce sobre sus cuidados, tan sencillos como rutinarios. Purificadora natural del aire, el poto ha ido ganando popularidad durante décadas, hasta llegar a convertirse en una de las mayores tendencias de la actualidad.
En toda casa del amante de la jardinería, hay al menos un poto, y ¡no es de extrañar! Ya que se trata de una planta de interior colgante ideal para los novatos, poco habilidosos, o que simplemente no disponen de demasiado tiempo libre.
¿Buscas una planta poco exigente, bella y beneficiosa? ¡Acabas de encontrarla!
El primer atractivo que debes saber sobre los potos es su gran beneficio, avalado por la NASA, para el aire que respiramos. Como te decíamos, es una gran purificadora del aire, y ha sido objetivo de estudio en numerosas ocasiones desde los 80. Tener un poto en casa, reduce las cantidades de distintos tóxicos, como el benceno y el formaldehido.
Versatilidad, resistencia y longevidad en una planta, el poto podrá crecer como planta trepadora, hacia arriba o también hacia abajo como planta colgante, ¡juega con su aspecto a tu gusto! Es todo un reto tener solo un poto cuando lo conoces, ya que llena cualquier espacio decorativo de vida, con sus hojas variegadas con zonas en color crema.
Lo mejor de todo, y que hará que te enamores definitivamente de esta planta, es la sencillez de su mantenimiento, ¡te sorprenderá lo fácil que es tenerla en casa! Y, en este artículo, aprenderás todas las pequeñas claves que necesitas para disfrutar de una de las mejores plantas de interior que encontrarás.
Potos y mascotas: no muy buena combinación
Esta es, quizás, la cara más fea de los potos. Y es que, su savia posee un alto contenido en oxalatos, un elemento tóxico que puede llegar a producir dermatitis en mamíferos. ¡Tranquilo! No es un peligro mortal que tengas potos en casa, pero sí debes tener cuidado si convives con amigos de cuatro patas en casa.
Evita ante todo que tu mascota ingiera siquiera una mínima cantidad de las hojas del poto, a veces podrían buscarlas para purgarse, pero resultan tóxicas y podrían hacérselo pasar muy mal a tu animal. Así que, ¡ya sabes! Si tienes mascotas curiosas, opta por la opción del poto colgante.
Potos: Cuidados básicos
La principal característica de los potos es su resistencia, lo que la hace ideal para el cultivo en casa, disponible para todos los públicos. Y es que, sus sencillos cuidados abren las puertas de la jardinería a todo tipo de personas, y hace que se hagan un hueco en cualquier ambiente.
No obstante, si bien sus cuidados resultan bastante sencillos, esto no significa que puedas ignorar al poto y no llevar a cabo una pequeña serie de cuidados. Pero, puedes estar más que tranquilo, ya que su mantenimiento te resultará rutinario y fácil.
Poto: luminosidad y ubicación
Si ya posees plantas de interior, te imaginarás lo que el poto necesita, ya que no es demasiado exigente en este aspecto. El poto disfruta de la exposición a la luz solar, siempre y cuando se trate de una luz moderada e indirecta, a través de una cortina, o directamente recibiendo luz en una habitación muy luminosa.
Por ello, debes buscar una ubicación luminosa, cerca de una ventana, pero sin permitir que los rayos incidan directamente sobre él. Si el ambiente donde colocas el poto es algo seco, conviene que pulverices algo de agua fresca sobre sus hojas, lo que garantizará que no pierda su brillo.
Temperatura ideal del poto
Una vez más, el poto te sorprenderá con su simpleza y tolerancia. Crecerá perfectamente en las temperaturas que podemos encontrar normalmente en el interior de un hogar; es decir, alrededor de los 20°. En un rango entre 15° y 25°, el poto se mantendrá a la perfección.
SI vives en zonas algo más frías, también podrás estar tranquilo; ya que, el poto, aguanta a la perfección temperaturas de hasta 10°, pero eso sí, cuídalo de las corrientes fuertes de aire, podrían hacerle perder su follaje.
Poto: riego y abono
Al poto le gusta la humedad, es cierto, pero los riegos deben ser moderados. Y es que, esta planta tropical tolerará bastante mejor la sequía, que el exceso de agua. Sometiendo al poto a un exceso de humedad constante, llevaríamos a sus raíces a la putrefacción rápidamente; así que, la frecuencia de riegos estará marcada por el sustrato, debes dejar que se seque entre riego y riego.
Si vives en una zona algo cálida, o donde los veranos son secos, pulveriza el poto a menudo para recrear su hábitat húmedo al máximo. Aunque no es obligatorio, el efecto sobre la planta es muy notable.
Con el comienzo de la primavera, llega la época de crecimiento, y puede que sientas que tu poto necesita un empujoncito para terminar de desarrollarse vigorosamente. Si lo deseas, puedes hacerlo aplicando una dosis de abono líquido cada 15 días, hasta septiembre u octubre, dependiendo del clima.
Además, como último consejo: si tu poto es de gran tamaño, necesitará un aporte extra del resto de nutrientes también, así que podría serte muy útil aplicar un poco de fertilizante cada 20 días durante la época más calurosa.
Poto: sustrato ideal
El único requisito en este aspecto, es que debe tratarse de un sustrato con una buena capacidad de drenaje. Que no se encharque es fundamental para el poto, así que asegúrate de añadir una parte de material como corteza, o arena de río, para mejorar el flujo de humedad de la planta.
Por lo demás, puedes rellenar con sustrato universal, o incluso buscar uno comercial directamente listo para el poto, no es una planta exigente.
Poda del poto
Para aumentar la densidad, y la capacidad de crecimiento del follaje de tu poto, conviene que realices podas de mantenimiento al comienzo de cada primavera. La poda es muy sencilla, solo debes retirar las puntas estropeadas, lo que estimulará el crecimiento de unas hojas más fuertes y vitales.
Poto: problemas y plagas
A pesar de su enorme fuerza y resistencia, el poto sigue siendo de interior y, sobre todo si convive con otras plantas, no está exenta de sufrir algunos problemas de salud, o el ataque de algunas plagas.
No obstante, y aunque a continuación te explicaremos los más comunes y cómo solucionarlos, si llevas a cabo los cuidados del poto a la perfección, no deberías tener ninguno de estos problemas. Los más normales son:
- Las hojas lucen lacias y débiles, y esto se debe a un exceso de riego, mezclado con la exposición al sol directa continuada.
- Las puntas se ven crujientes y amarillentas, porque el poto necesita más humedad, tanto mediante el riego, como mediante pulverizaciones cotidianas. Si el problema es demasiado grave, lava el sustrato y aminora los abonados durante un par de semanas, ¡recuerda mantener una buena frecuencia de riegos!
- Tu poto se deshoja fácilmente, porque posiblemente esté siendo sometido a temperaturas demasiado bajas. Intenta proporcionarle un ambiente más cálido, al menos que se acerque a los 15°
- En cuanto a las plagas, las más comunes son: araña roja y cochinilla. Si mantienes unas buenas condiciones de humedad y temperatura, no deberían aparecer; pero, si acaban atacando, una limpieza con agua y jabón, o un insecticida serán suficientes.
Última actualización el 2023-05-14 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados