Las pérgolas bioclimáticas son estructuras fabricadas en su totalidad con aluminio que destacan por su capacidad de adaptarse en cada momento a las condiciones climáticas, permitiendo un uso constante de nuestro jardín o terraza sin importar la época del año.
Un sistema capaz de regular por sí mismo de manera natural la temperatura del espacio exterior, contribuyendo a la eficiencia energética de los edificios.
Protegen el mobiliario de exterior y las fachadas de la insolación y de la lluvia, y reducen las necesidades de climatización.
¿Qué son las pérgolas bioclimáticas y qué ventajas tienen?
Una de sus principales ventajas es que ayudan a bloquear los rayos del sol y al mismo tiempo permiten una adecuada ventilación ascendente, refrescando el espacio incluso en los meses más calurosos del verano.
Las lamas suelen ser orientables entre 120 y 170 grados, permitiendo protegernos de la radiación del sol y, al mismo tiempo, manteniendo el espacio bien ventilado e iluminado.
La circulación del aire entre las lamas evita el efecto invernadero, el aire se refresca y se renueva, funcionando como una climatización natural.
Y en invierno, cuando son frecuentes las lluvias y la nieve, sus lamas se orientan en la dirección de los rayos del sol para que el ambiente del interior sea más cálido y confortable.
Las lamas se cierran en caso de lluvia o nieve, y el agua se evacúa por un lateral de la pérgola, de modo que no se acumula sobre ellas, evitando que el agua caiga una vez que las lamas vuelven a orientarse.
Con la ventaja de que podemos recuperar el agua de la lluvia si lo deseamos.
Además, debes saber que algunas pérgolas bioclimáticas poseen un sistema inteligente, dotadas de sensores de viento y lluvia, y de manera automática pueden ser capaces de orientar las lamas en función de la radiación solar y el viento que reciben, adaptándose a ellos para proporcionar una temperatura regular.
En las pérgolas bioclimáticas baratas más sencillas, el sistema maniobra a través de una manivela en el caso de accionamiento manual o de un accionamiento manual, un interruptor o un mando a distancia de accionamiento eléctrico.
Por otro lado, cabe destacar que los materiales con los que están hechos este tipo de estructuras son duraderos y reciclables 100% y que, gracias a su avanzado diseño, suelen ser sistemas bastante silenciosos.
Por eso no es extraño que las pérgolas bioclimáticas cuenten con muy buenas opiniones por parte de aquellas que ya han decidido instalarlas en sus viviendas.
En lo que respecta a cuestiones estéticas, aunque su disñeo es bastante moderno y minimalista por su sencillez, también podemos encontrar algunos modelos que se adaptan perfectamente a los entornos más clásicos e incluso rústicos.
Con diseños atemporales que se ajustan muy bien a cualquier estilo arquitectónico.
Pero además, permiten añadir persianas, cortinas, estores, celosías, paneles de vidrio o sistemas correderos para darle la personalidad que queramos a nuestro jardín o terraza, creando un entorno versátil y acogedor para cualquier época del año.
Pero, ¿cuánto cuesta una pérgola bioclimática? No son pérgolas económicas pero su precio lo vale. Los precios varían en función de la calidad, del tamaño y de los materiales. Aunque podemos decir que los precios de las pérgolas bioclimáticas más habituales oscilan entre los 200 y los 600 euros por metros cuadrado.