La Lavanda es una de las plantas aromáticas más conocidas por todo el mundo. Sus delicados color y perfume, contrastados con su dureza y resistencia, la hacen perfecta para cualquier hogar.
¿Sabes de dónde viene la Lavanda?
La Lavanda no es solo una de las plantas ornamentales y aromáticas más bonitas y populares del mundo, si no que también esconde dentro de ella grandes propiedades medicinales y cosméticas.
Seguro que te preguntas de dónde viene la Lavanda; bien, esta maravillosa planta es la típica mediterránea por donde la miremos, de hecho está tan adaptada a su ambiente, que podemos verla crecer incluso en superficies rocosas y muy áridas. De todas maneras, si vives lejos del Mediterráneo no sufras… hoy en día las encontramos por todo el mundo, allá donde haya sol habrá Lavanda.
¿Cómo reproducir mi Lavanda?
¡Alégrate! Multiplicar una Lavanda es realmente sencillo, deberás esperar al final del verano y hacerlo por esquejes, es decir, las ramas o brotes que nacen del tallo. Atento al proceso:
Con el fin del verano, llega el fin de la floración, así que ¡es tu momento! Esteriliza una herramienta afilada y cortante; a continuación, retira esquejes de tu Lavanda de unos 10 cm. Intenta escoger un esqueje bastante leñoso, que no haya florecido.
Prepara un macetero con una mezcla de sustrato universal y perlita, y haz un pequeño agujero en medio. Después, coge tu esqueje y quítale las hojas más bajas, dejando el tallo limpio. Aplica polvo de enraizamiento, y mete el esqueje en la maceta.
¡Ya casi has terminado! Solo queda cubrir tu maceta con esquejes con plástico, creando una especie de invernadero. Mantén el sustrato húmedo a diario y, cuando veas que empieza a nacer el primer brote, retira el plástico, ya que significará que tu Lavanda se esta reproduciendo con éxito.
A la siguiente primavera, tu planta estará crecida y lista para florecer. Es muy fácil, ¡ahora tendrás Lavanda infinita!
¿Qué maceta elijo para mi Lavanda?
Cuando vayas a elegir el recipiente perfecto para tu Lavanda, te encontrarás diversas opciones. Sin embargo, recuerda que lo único importante es que tu planta y tú os sintáis agusto con la elección.
Puedes escoger plantar la Lavanda de forma independiente, en una maceta o macetero colgante. También puedes hacer algún tipo de composición con distintas aromáticas o distintos tipos de Lavanda, o directamente puedes ir a por tu propio huerto urbano.
Una recomendación si tienes espacios pequeños, son las macetas colgantes. Resultan verdaderamente cómodas y ahorrarás un montón de espacio, sin renunciar al cultivo de Lavanda.
Aquí te dejamos una pequeña selección, a modo de inspiración, de las mejores macetas para tu Lavanda.
¿Qué problemas puede tener mi Lavanda?
La Lavanda es una de las plantas más resistentes que podemos encontrar, a pesar de su apariencia delicada, puede soportar muy amplios rangos de temperatura, y distintas condiciones de temperatura.
No obstante, todos los seres vivos nos vemos expuestos a ciertas enfermedades o infecciones. La Lavanda no es diferente, y a continuación te contaremos las plagas más comunes que suelen afectar a la Lavanda.
¿Tu Lavanda crece lentamente y ha tomado un color amarillento?
Posiblemente estés ante un ataque de hongos. Estos parásitos fúngicos debilitan tu planta hasta la podredumbre. Presta atención a las raíces, suelen verse bastante oscuras en estos casos.
Si no es demasiado tarde para tu Lavanda, deberás cambiar totalmente el sustrato, para asegurar el combate a la infección de la tierra y aplicar un antifúngico específico diluido en agua.
¿Ves manchas amarillas sobre las hojas de tu Lavanda?
Si es así, podrías estar ante un caso de virus de la Alfalfa. Aunque no es muy frecuente, cuando pasa es realmente dañino para la planta.
Lo peor en este tipo de infecciones, es que no existe ningún remedio para combatirla. Si este virus ataca a tu planta, poco puedes hacer. Eso sí, asegúrate de separar la Lavanda afectada de la colección, si no tendrás una propagación rapidísima y perderás todas tus plantas.
Propiedades de la Lavanda
Las propiedades aromáticas de la Lavanda son recurridas desde hace siglos. El relajante perfume de la Lavanda es un aliado genial en aromaterapia o cualquier tipo de meditación.
Este perfume se produce gracias a los aceites esenciales que salen de las glándulas situadas en las flores. Todas las especies de Lavanda tienen su propio perfume, pero las más características y exquisitas son las esencias de Agustifolia y Stoechas.
– El aceite esencial de Lavanda es un enemigo natural muy efectivo contra las migrañas.
– También tiene propiedades diuréticas y digestivas, calmando todo tipo de males estomacales.
– La Lavanda posee propiedades antisépticas y antibacterianas, por lo que es un desinfectante de heridas estupendo, la naturaleza nos da todo tipo de recursos.
– Además, es un gran antiinflamatorio, ayudando también a tener una menor tensión arterial y mejor circulación sanguínea.
– Por sus efectos sedantes o calmantes, también se han atribuido a la Lavanda propiedades beneficiosas para enfermedades mentales como la depresión, o para combatir el estrés o los ataques de pánico.